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Análisis: La naturaleza de la riqueza (página 2)



Partes: 1, 2, 3

Antes de la llegada de esos hombres a la isla, las
variables A y T tienen una magnitud nula, esto es, valen cero,
porque solamente existen donde está el hombre. Pero el
día en que ellos llegan el estado de riqueza de la isla
cambia en forma evidente. A la riqueza R (la riqueza natural
propia de la isla, de la que el hombre puede hacer uso) se le
agregó una riqueza nueva, la riqueza total H, que es el
resultado de la capacidad T humana de aumentar esa N en una nueva
N (llamémosla Nt) y la de transformar una parte de N en
una riqueza A enteramente nueva (llamémosle At), que
sólo el hombre puede aportar. Ahora A y T son valores
positivos distintos de cero.

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H es la riqueza total que el
hombre puede crear y usar desde la isla

R es la riqueza natural total de
la zona que el hombre habita

N representa lo que
comúnmente se llaman "recursos naturales"

A es riqueza artificial, todo bien
o producto material hecho por el hombre

T es la totalidad del esfuerzo
humano, físico e intelectual: el trabajo social

A medida que los científicos se van instalando
también lo hacen sus componentes A, sus equipos,
que se van integrando al suelo de la isla, en forma de viviendas
o de puestos de observación, incluso de aparatos de
diferente tipo, que fueron "importados" por ellos desde su
país de origen. Al pasar un tiempo relativamente corto,
estos componentes se integran definitivamente al paisaje de la
isla, por lo que ya no son valores potenciales incógnitos
sino que integran la riqueza artificial A,
definitivamente. Su magnitud, finita, podrá siempre
calcularse día a día, hora a hora.

Los descubrimientos que realizan los científicos
demuestran que esa isla tiene posibilidades varias de
explotación. Su biodiversidad es potencialmente buena, y
posee recursos minerales interesantes. Inclusive se puede
explotar algunos tipos diferentes de cultivo. Puede y merece ser
habitada. Aconsejaron su colonización, debido a que la
variable N, componente de R, representa una cifra
significativa.

El hombre podrá recurrir a ella como un "capital"
inicial muy interesante, casi inagotable. Esta conclusión
nos confirma algo de una importancia fundamental: la riqueza (el
"capital") existe previamente a cualquier actividad.

Alcanzado el presente, nuestra isla hoy posee 100
habitantes.

La isla necesariamente sufrió destrucción
de parte de su riqueza natural N, conformadora de R. Se
eliminó parte de su paisaje, pero fue suplantado por otro,
artificial, cuyo valor es fácilmente calculable.
Así, parte de N se transformó en A, mediante el
trabajo representado en T, aumentando R su magnitud. Se mantuvo
así una igualdad relativa del su valor de R, porque a
pesar de que se disminuyó el valor de N, se aumentó
el valor de A. Es más, posiblemente creció la
magnitud de la propia N, al seguir desarrollándose la
sociedad isleña.

De la tierra se tomaron piedras, árboles, agua, e
incluso vida silvestre. Se le extrajo riqueza que fue utilizada
en provecho de sus nuevos habitantes. Hubo un "capital inicial"
natural de valor incógnito que el hombre lo
transformó en artificial y medible (viviendas y alimentos,
fábricas y comercios, escuelas y hospitales), integrantes
del módulo A, de una magnitud o valor precisos.
Aquí aparece otro concepto fundamental, puesto que no
sólo de muestra la posibilidad potencial del hombre en
acceder a la totalidad de la riqueza propia R de la isla
(porque R = N +A), sino también que es
únicamente ella (la naturaleza) la que permite concretar
en bienestar general toda su propia actividad vital.

De sus habitantes hubo quienes tomaron una parte de N
como "capital" inicial en forma de un pedazo de tierra,
transformándolo en granja, en "fábrica"
agrícola de producción artificial de vegetales y de
animales, mediante la destrucción cierta de riqueza N, con
el objeto de crear bienes de tipo A, y la consecuente
reposición de la propia N.

Una parte de N se destruye, pero mediante su trabajo de
reposición, el hombre la restituye y la aumenta, pero que
crea nueva riqueza, que antes no existía. Este es otro
concepto básico: por eso el trabajo T es creador y
transformador, es un multiplicativo, es un factor multiplicador
de ambas riquezas.

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También se construyó una carretera (algo
netamente artificial), cuyo costo total fue de una cantidad C (en
el que se incluye la extracción de terrenos N). Esa
magnitud C pasó a conformar el valor de A en forma
directa.

Decimos que la riqueza A aumentó una
cantidad igual a C; o que R aumentó una
magnitud C, la transformación de un costo social
C en un beneficio social C. Pero esa "metamorfosis"
sucede solamente al concluirse la obra y al empezar a ser
utilizada por quienes la necesitaban, pues ese fue el fin para el
que se la construyó. Es en ése momento en que ya no
hay un "costo" C, sino que existe un aumento de la riqueza
propia R en una magnitud igual a C, pues ha llegado al
benefactor y éste la transformó, al usarla, en un
bien con valor social. Matemáticamente:

R = N + A _ R" = N + A + C

Esto a su vez explica por qué llamamos benefactor
al que se conocía como consumidor: el usufructo o consumo
de un bien que sólo él puede efectivizar hace que
su condición de costo individual sea transformado en
beneficio social. Lo que siempre es un costo individual para el
benefactor, por intermedio de él, y sólo por
él, es transformado en beneficio social, en aumento de la
riqueza social, de R a R".

El ciclo económico de un bien cualquiera,
solamente es beneficioso cuando se completa, cuando se finaliza,
cuando se cierra, y esto sucede, únicamente, cuando ese
bien es accedido por el benefactor: ese fue el objeto de
construirlo o producirlo.

La riqueza propia R de esa isla se deben
satisfacer las necesidades materiales (en forma directa o
indirecta), de todos sus habitantes –de otra manera no
tendría razón vivir en ella, y que éstos
pueden hacer uso de esa riqueza mediante su actividad T, la
actividad humana cumple con el ciclo económico; proceso
que en sí mismo representa qué han hecho de bueno
los habitantes de la isla. Sin T, el trabajo social o actividad
social o energía social, nada de esto es posible. Por eso
tendríamos que definir un valor concreto para esa variable
T.

Como el trabajo T del hombre que implica el uso de su
esfuerzo, su habilidad y su conocimiento en una unidad
inseparable no sólo hace la transformación de N en
una nueva A (en At), sino que puede y debe reponer lo tomado de
la propia N, con lo que el valor cuantitativo de aquella N
inicial será igual (es preferible que sea aumentado) al
final del ciclo económico, en Nt:

At = T . A _ At > A

Nt >= T . N _ Nt >=
N

Por lo tanto, el valor inicial de R (aquel N + A)
fue aumentado a un valor R" = Nt + At, en una magnitud
positiva de (Nt – N + At – A), confirmando que mediante su
trabajo T se ha aumentado el ya enorme valor de R, tal que R"
>R.

R" = Nt + At _ R" > R

A primera vista pareciera más objetivo decir
R" = N + A + Tt, dándole el valor de aquella
diferencia (Nt – N + At – A) a quien realmente la produjo:
el trabajo social. Así, el trabajo del hombre iría
tomando un valor mayor cada vez. Pero sabemos que éste
está íntimamente relacionado a la cantidad de
habitantes y su capacidad productiva, cuyas magnitudes pueden
considerarse constantes dentro de un período
preestablecido, por lo que en realidad es mejor observar ese
aumento de valor en los frutos de dicha capacidad, que no son
otra cosa que los bienes producidos, que se representan en los
nuevos valores agregados a A y N.

Esto significa que el valor del factor T es un
valor generalmente positivo no fácil de calcular, pues es
variable y variante, ya que modifica el valor numérico de
las variables que maneja y a sí mismo. Debemos decir ahora
que no es ninguna novedad que el trabajo T del hombre no
sólo transforma riqueza, sino que a su vez y conjuntamente
genera riqueza nueva, que antes no existía. No obstante,
lo realmente importante es la demostración de que mediante
su trabajo social T, el hombre es capaz de aumentar la riqueza de
la tierra que habita y de la sociedad que conforma. T es lo que
algunos llaman "valor del trabajo".

Agreguemos que existe un "trabajo" T negativo. Un
multiplicador negativo, por lo tanto perjudicial. Es aquel que
disminuye los valores de N y de A, en definitiva de
R: la guerra es el más obvio, pero también
lo es la extracción sin reposición (la
explotación de "recursos no renovables") y la
apropiación de riqueza sin su creación o
reparación. Cualquiera de ellos daña a alguno o
ambos sumandos N o A. Si T < 0:

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Dijimos que la magnitud total de R es desconocida, en
tanto la riqueza N que la conforma, es la riqueza natural
directamente accesible por el hombre, los "recursos" naturales.
Lo que tomamos de nuestra tierra es una cifra conocida pero no
infinita, aunque el hombre puede y debe al menos mantener su
valor absoluto para que (cumpliendo el ciclo), no exista un
daño o perjuicio a su naturaleza. Vemos también que
A es la riqueza artificial, producto humano, que también
es finita, aunque crece continuamente. Por lo sus valores pueden
despreciarse (en un momento dado, principalmente al inicio de la
colonización), en comparación a la magnitud que
puede tener T en ese mismo momento, quedándonos así
dos incógnitas que cumplen:

H >= T ó H / T >=
1

Esto nos asegura que el valor de T, aunque finito, es
también un positivo muy grande, pudiendo tomar cualquier
valor entre 1 y H, lo nos otorga la posibilidad de atribuirle un
valor que consideremos oportuno, en forma arbitraria, pudiendo
ser enorme, tan grande casi como el de la propia riqueza total H
que el hombre puede disponer. De esa manera le daremos al trabajo
social de los habitantes de la isla, representados en T, un valor
en cifras concretas lo suficientemente alto como para
considerarlo apropiado y justo, tanto sea para reconocer el
esfuerzo realizado por la sociedad como para facilitar la
satisfacción de las necesidades de cada uno de sus
habitantes.

En dicha sociedad como en otra cualquiera, el valor de
T, es el crecimiento económico necesario y suficiente, la
riqueza social a generar para alcanzar un bienestar mínimo
que debe pertenecer a todos.

Pero esas variables que manejamos no sólo nos
dicen explícitamente lo que representan, sino que
también nos dicen lo que no representan. Desde esta
perspectiva vemos claramente que no interviene el dinero; que
éste sólo es, o puede ser, una manera de medir la
riqueza social H, la natural R y por ende, del ingreso I. El
trabajo T han de representarse mediante un patrón de
medida. Dicho patrón bien puede ser el dinero, pero
también puede ser otro cualquiera.

La riqueza de la isla y el trabajo de su gente no se
conforman del dinero; que no lo necesitan para demostrar su
existencia: son independientes de él.

Reconocemos así otro concepto fundamental: los
llamados "factores productivos" no son más que "tierra" y
"trabajo", sin "capital" alguno.

El dinero en sí mismo no conforma ninguna de las
ecuaciones que hemos utilizado; solo es el patrón con que
se mide su resultado. A este patrón de medida, le daremos
una definición precisa y clara que deberá ser
considerada como la definición de cualquier otro
patrón de medida y comparación.

Al factor T se lo ha denominado como beneficio, renta,
producto, pero para el ciclo económico es más
correcto y preciso llamarlo riqueza social o ingreso social
general. Puede ser definido, cuantitativamente, a través
de una cifra lo suficientemente grande como para que pueda ser
distribuido entre todos los habitantes P que lo generaron, y
así cumplir con el objetivo de que ninguno de los hombres
que lo crean (y que por lo tanto deben poseerlo), pase ninguna
necesidad. En condiciones normales, T y H poseen un valor que
siempre va en aumento.

Lo fundamental a tener en cuenta es que lo antedicho
demuestra que el crecimiento económico de una
población es independiente del "capital" monetario;
sólo depende de la población en sí misma su
capacidad de crear, transformar y reponer riqueza. Es decir el
crecimiento económico o desarrollo general sólo
depende de la riqueza natural propiamente dicha, de la cantidad
de habitantes y de la conjunción de su capacidad de
trabajo productor-reponedor y de su actividad consumidora
reponedora.

En definitiva, depende del cumplimiento estricto del
ciclo Económico. El dinero recién aparece cuando
decidimos utilizarlo como patrón de medida de la riqueza,
cualquiera sea la naturaleza de ésta:

I = T/ P ó T = I . P

La magnitud del factor T se halla multiplicando el
ingreso mínimo I por la población, P.
Dijimos que ese ingreso I, es un mínimo esencial que cada
ser humano puede y debe poseer, individualmente. Hoy está
semidefinido y se le llama costo de vida o canasta básica,
pero no ha tenido una definición convencional precisa, por
lo que lo en una cifra de, digamos, 1000 dólares
estadounidenses mensuales por cada habitante de la isla (I =
12.000 anuales), que a partir de ahora le llamaremos ingreso
natural, quedando establecido que es un "piso" por debajo del
cual no puede ubicarse el ingreso o salario de nadie.

Todos y cada uno de los salarios están en o sobre
aquel I. Como vimos en las definiciones, todo habitante integra
esa población, sin importar la edad, "productiva" o no.
Esta riqueza mínima, ese ingreso natural anual de toda la
población, lo representamos entonces como la variable T,
para ese período dado.

T = I . P _

T = 12.000 x 100 = 1,2
millones

Como el valor del factor T es el producto de multiplicar
la cantidad de habitantes (P = 100) por el ingreso natural de
cada uno (I = 12 mil), dicha cifra ha de representar, por
definición y como mínimo, todo el trabajo de la
sociedad isleña, pero también debe representar,
necesariamente, la riqueza mínima anual que ese espacio
vital tendrá que generar y poseer para que todos sus
habitantes puedan tener un ingreso natural digno, que les permita
ir satisfaciendo todas sus necesidades. Esto es:

Si H >= R . T _ H >= R .
1:200.000

De aquí se deduce que la riqueza total H,
accesible, transformable y aumentable por el hombre, será
siempre un valor positivo mayor que el propio trabajo de
él y de su ingreso I; será mayor que el ingreso de
la población P que la genera y disfruta; será mayor
que el producto de ambos (a pesar de que para mantener el rigor
matemático ¿Por qué aseguramos que H es
siempre mayor? Porque si T (el ingreso total de la sociedad) es
tan alto como para que tienda a igualar el valor de H, su propia
condición de creador de nueva riqueza, hace que R aumente
a R", lo que demuestra que T nunca alcanzará a H. En
condiciones normales, T y H poseen un valor que siempre va en
aumento. Sólo existe una condición: si y
sólo si se cumple con el ciclo económico
. Esto
es, si se cumple con la reposición en sus dos formas de la
riqueza extraída

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El valor de A (la riqueza artificial integrante de R),
también es cuantitativamente representable. Se obtiene su
magnitud mediante la suma de los bienes elaborados, construidos,
industrializados, que fueron o serán consumidos o
usufructuados por los habitantes. Éstos produjeron dos
tipos nuevos de bienes artificiales: los bienes duraderos y los
bienes perecederos.

Los bienes duraderos pasan directamente a formar parte
del paisaje; se suman completa y directamente al módulo A
(forman parte de At) al ser usufructuados por los habitantes (los
bienes no perecederos no se consumen).

Éste nuevo valor de A pasará a la riqueza
propia R de la isla, aumentándola. Los bienes duraderos
son los integrantes obvios de A. Los bienes producidos por el
hombre de carácter perecedero pueden o no ser integrados a
la riqueza artificial. A pesar de que ellos son artificiales, su
condición de perecederos permitiría, considerarlos
como "naturales", púes dichos bienes son los que se
consumen. En realidad ninguna de las dos posiciones modifica el
resultado.

Si se quiere, esos bienes de carácter no duradero
forman parte, inicialmente, de A. Esa situación se
mantiene mientras están a la venta y no son consumidos.
Pero cuando son adquiridos y consumidos por los habitantes, pasan
de ser A (producto del trabajo del hombre) a ser N formando parte
de la variable Nt y aumentándola. La extracción que
se le efectuó originalmente a N. Esta situación es
más directa si se considera a los bienes perecederos como
riqueza N.

Recién al volver a "sembrar" la riqueza natural
destruida, es cuando se cumple con la necesaria doble
reposición. De esa manera se mantiene el valor
numérico original de N; éste valor es relativo,
pues posiblemente será mayor que el original, pero
necesaria y decididamente no es menor que el inicial.

Si no sucede ningún cataclismo natural o
artificial, vemos que N (la riqueza natural), está siendo
modificada continuamente por el hombre. Éste la destruye y
la repone, pero si con su actividad no logra un crecimiento
efectivo de ella sino un equilibrio, la actividad social del
hombre, en términos generales, siempre tiende a
superarlo.

Con la riqueza artificial A sucede que,
concluyentemente, siempre va subiendo a medida que se trabaja;
toda actividad productiva del hombre genera, incesantemente,
bienes artificiales.

Concluimos que (como R = N + A) la riqueza propia R de
la isla también va aumentando, y (como H = R . T) la
riqueza social total es también aumentada.

¿Qué pasa con el crecimiento
poblacional?.Pero veremos que no es un factor más que
relativo.

Si sucede un crecimiento racional de la población
P a una población P", el trabajo de las generaciones
anteriores les asegura un ingreso I" suficiente, al que se les
sumará en un futuro inmediato el aumento del propio
trabajo social T" generado por ese aumento a P" de la
población, que volverá a aumentar el valor de R,
con la misma condición de siempre: si y sólo si se
cumple con el ciclo económico.

Esto quiere decir, nada más y nada menos, que si
el ciclo es cumplido no existen límites para el
desarrollo.

Como corolario de esto podemos aseverar que, con la
condición necesaria y suficiente del cumplimiento del
ciclo económico:

1- Se puede lograr el desarrollo ilimitado.

2- Cada sociedad humana puede no sólo alcanzar su
objetivo primario de que no haya más necesitados ni
necesidades, sino que esto implica la desaparición de la
pobreza en un período que podríamos llamar de
inmediato, en términos sociales.

3- Que no haya clases poseedoras y desposeídas,
sino que el disfrute de la riqueza puede universalizarse
ilimitadamente.

4- Considerando a la actividad humana como la
conjunción de producción y consumo, los recursos
que se tomen de la naturaleza serán en su mayor parte
repuestos, evitando el agotamiento de las reservas
naturales.

5- El dinero es la herramienta que se utiliza como
patrón de medida de la riqueza y no depende de ella; se
demuestra que no se necesitan "capitales" monetarios que inicien
o mantengan la economía, sino que éstos se derivan
directamente del cumplimiento del ciclo, que lo hace
independiente de los individuos y las clases, que no es propiedad
de nadie sino una medida de la riqueza de todos.

Representa y se basa en el valor de H. Es el
indev.

T = I . P _ en indevs

H >= (N + A ) . T >= #
indevs

Siendo # una magnitud, un número, una cifra.
Más adelante definiremos una macro-unidad relacionada al
indev, el granindev, usada para calcular los valores
macroeconómicos.

El crecimiento de la población no depende de la
economía en sí misma, ni tampoco a la inversa: la
economía no depende del crecimiento vegetativo.
Éste depende de que la economía cumpla o no con el
ciclo económico, al igual que ésta depende de que
la población lo cumpla o no.

Podemos decir que incluso si esa isla fuera un simple
peñasco, o un islote de arena, su riqueza propia R puede
ser utilizada por un número P de habitantes
íntimamente relacionado a ella, con las mismas
posibilidades que cualquier otra sociedad que se ubique en un
lugar de mayor riqueza: vemos así que el número de
habitantes de un lugar está más relacionado con la
riqueza natural de la zona que eligieron para vivir que con el
consumo que realizan de ella; el número de pobladores
depende del uso que hagan de su riqueza natural y de la
reposición de lo que desde ella extraigan.

La variable P, la población, es fundamental, de
la que depende el ingreso general T y por ende el individual I,
su magnitud se torna relativamente despreciable si se cumple
siempre con el ciclo económico. Éste nos indica que
la riqueza total depende del valor del factor R y del trabajo
social T, y si éste hace que N y A siempre aumenten, el
valor de P, la cantidad de habitantes, adquiere una importancia
relativa, para desgracia de Malthus y sus seguidores.

El valor de su riqueza R depende de los valores de N y
de A, los cuales pueden ser manipulados conscientemente por sus
responsables. La cantidad y calidad de conciencia que posean
puede medirse a través del nivel de cumplimiento del ciclo
económico que las involucra.

Es obvio que una tierra árida no genera las
mismas posibilidades que una tierra fértil, pues se torna
más dependiente del factor T, más dependiente del
esfuerzo y el conocimiento de sus habitantes. Pero la realidad
nos muestra que un país árido como Kuwait o
tropical como Haití, incluso el planeta Marte, tienen cada
uno su propio valor R lo suficientemente alto como para cumplir,
mediante un T específico, con el bienestar general I de un
grupo P de habitantes íntimamente relacionado a esa
riqueza; esto es, permiten aplicar cada uno su propio ciclo
económico.

¿A cuánto puede llegar el valor de R, la
riqueza accesible?

Esa riqueza se halla mediante la fórmula R = N +
A. Imaginemos cual puede ser el valor de A, por ejemplo, en la
manzana donde está nuestra casa.

Sumemos los valores de cada uno de los bienes muebles y
de los inmuebles que están ubicados en nuestra manzana. A
esa cifra le multiplicaremos por el número de manzanas de
nuestra ciudad. Al número obtenido lo multiplicaremos por
la cantidad de ciudades similares que hay en el país, y
así sucesivamente. ¡Es una cifra enorme. Así,
para imaginarnos cuán grande es el valor de R no
necesitamos calcular el valor de nuestros recursos naturales
N.

¿Cuál puede llegar a ser el valor de H, la
riqueza social general?

El valor de esa riqueza se calcula usando la
fórmala H = (N + A). T que también puede
representarse como H = N . T + A . T. Para continuar con el
ejemplo anterior, sólo tomaremos una parte de esa
fórmula, la parte H = A . T la que habla de la riqueza
artificial; descartamos la natural. ¿Qué nos dice
ese producto A . T? Él nos habla de la riqueza artificial
y del trabajo que se utilizó para generarla; el resultado
H de ese producto nos muestra cuánta riqueza social se ha
generado, magnitud que coincide con la que se necesita para
lograr el bienestar de toda nuestra gente. Sabemos también
que T = I .

P. Imaginemos entonces cuán grande puede
llegar a ser el valor de la riqueza

H, si ese valor se logra al multiplicar el ya
demostrado enorme valor de A con la población P y con el
ingreso de cada habitante I.

Si se cumple con el justo concepto de que el avance del
conocimiento, es monopolio de toda la humanidad e inacabable, y
que pertenecen e integran el valor de T, se hará que
aumente también el valor de la riqueza total H. Por su
intermedio se irán tomando partes de aquella variable X
(descrita al comienzo mediante la ecuación que
definía la riqueza natural Q = X + R y que englobaba lo
aún desconocido), lo que aumentará aún
más el ya enorme valor de la riqueza propia R. Si se
mantiene en buenos niveles a la enseñanza y a la
educación, la riqueza R crecerá de una manera que
tiende al infinito, pues se dirige hacia el valor de la variable
infinita Q, a medida que se perfeccione el conocimiento humano,
el avance y desarrollo de la humanidad, aumentando también
la propia riqueza total H, la riqueza de la zona y de todos sus
habitantes. Claro que esto necesita que se cumpla con el ciclo y
se deje de considerar al conocimiento como integrante del
"capital". Y no es difícil hacerlo: el "capital" no forma
parte del ciclo económico.

La isla de nuestro ejemplo puede representar a cualquier
campo, comarca, provincia, país o continente. Pero que en
realidad representa, decisiva y finalmente, al planeta entero que
habitamos. El ciclo económico es lo único
absolutamente necesario de cumplir y hacer cumplir. Con su
cumplimiento nunca se llega a la disminución
crítica de los "recursos" naturales. Por su intermedio se
puede alcanzar el tan ansiado desarrollo o crecimiento ilimitado.
A través de él se alcanza el crecimiento
sustentable, sostenible, conservable, el que, como su propia
etimología lo indica, sólo puede darse en forma
natural.

El siguiente diagrama nos muestra el aumento de la
riqueza, de H a H ", el crecimiento de los módulos N y A y
del ingreso natural social por habitante I, en el período
anterior y el actual, que sólo se logra mediante y como
resultado del trabajo

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Los
servicios

Es el único sector de la economía que no
genera riqueza, tampoco la destruye y le agrega un valor que se
integra totalmente al factor T. No lo hace en N ni en A, por
tanto puede considerarse como un sector seudo-productor, o
hipo-productor. Es absolutamente dependiente del poder
adquisitivo de la población, por el simple hecho de no ser
creador de riqueza, sino distribuidor de ella. Pero, por su
propia función, es satisfactor de necesidades.

Resulta indispensable, también, por su
función de distribuidor de bienes materiales e
inmateriales, y por su participación directa en la
generalización del conocimiento, de la seguridad, de la
salud, de la justicia en general, entre otras muchas tareas. Es
el sector que equilibra la economía cuando por razones de
previsión o por efectos naturales, alguna actividad en
especial logra demasiados o escasos ingresos. Es quien compensa
la "mala suerte" de una actividad con la "buena suerte" de
otra.

Los servicios no generan riqueza sino que contribuyen al
movimiento y a la distribución de ella, por eso es que no
pueden ser tomados como parte integrante del cálculo del
respaldo del indev, o lo que es lo mismo, de la riqueza social
total de la zona. Su papel, para hacerlo más entendible,
es el de un gran consumidor, de un gran reponedor: el de un
benefactor colectivo.

Para el ciclo económico, la
comercialización de cada producto es una parte integrante
de él mismo, por lo que los comercios en general forman
parte del proceso productivo y no integran los servicios
propiamente dichos.

Llamémos
Le Indev

¿Se puede crear una moneda definida
científicamente, respaldada a través de una
fórmula matemática, cuyo valor resultante
esté definitivamente por fuera de los mezquinos intereses
de los hombres? ¿Puede ideársela de tal forma que a
su vez cumpla con la condición imprescindible de que el
hombre mismo sea su unidad?

La moneda extraña, "ideal". Que sea indevaluable.
Que no necesite alimentarse de la pobreza, como lo hizo hasta
hoy, para continuar existiendo. Que sea realmente útil
para evitar todos o la mayoría de los problemas materiales
de la humanidad relacionados con el dinero; preguntamos,
¿qué no lo está? Para ello debe tener una
definición precisa, clara y concluyente, que evite las
imprecisiones y las injusticias que éstas generan;
imprecisiones que crean la deificación absurda que siempre
ha poseído el dinero, en especial el actual.
Llamémosle indev, por indevaluable.

Imaginemos esa nueva moneda en acción. Al ser
indevaluable, rígida, los precios en todas sus formas
serían reconocidos y recordados como lo es el
número de puerta de nuestro domicilio.

Esta rigidez tendría que ser suficientemente
prolongada como para permitir tal memorización, para que
posibilite además que los contrastes entre los precios se
basen en la diferencia real que pueda existir entre las distintas
calidades o condiciones de cada bien producido, en el trabajo y
conocimientos contenidos en cada mercancía existente, y la
capacidad de satisfacción que obtengan de ella sus
consumidores. Que no tenga como única función la
búsqueda del lucro fácil que puedan anhelar los
productores, pero que no dificulte el acceso a un beneficio
justo; que no prohíba el enriquecimiento. Su
indevaluabilidad mantendría el monto y el poder
adquisitivo de los salarios conjuntamente con el nivel de los
beneficios, en la producción y comercialización de
todo bien; haría posible definitivamente la tranquilidad
-que nunca se tuvo- de saber cuánto, cómo y
qué se cobra o se paga por cualquier bien durante un
período significativamente largo, sin subas ni bajas
artificiales, sin "atrasos" ni "adelantos" cambiarios, sin
devaluaciones ni ajustes.

La importancia fundamental, ésa
característica de la indevaluabilidad haría
innecesaria la existencia del pago de intereses, de todo tipo,
que sólo sirven y han servido para darle más a los
que más tienen, menos necesitan y menos hacen, al
quitarles a los que menos tienen, más precisan y
más hacen. En los intereses es dónde se fundamenta
la especulación: la apropiación de ganancias
generadas por otros.

Un precio disímil entre dos mercancías
parecidas haría notar en forma evidente que entre ellas
existe una diferencia de calidad real y no publicitaria, pues
afirma que no importa tanto un "envase" distinto como importa un
"contenido" diferente; confirma que valor y precio no representen
ni son la misma cosa

Imaginemos que su propio valor, el valor que esa moneda
representa y que rige todas las interacciones económicas
de nuestra vida, no pueda ser variado por la voluntad de los
hombres al ser obtenido a través de un método
matemático concreto, no abstracto, real y vivo, que
esté por fuera y por encima de la enormidad de los
contrapuestos intereses que hoy lo influyen. Su valor debe estar
dado a través de un cálculo preciso, una
fórmula, de resultado inobjetable.

Imaginemos que su valor no tenga relación de
dependencia o de determinación al compararlo con el de
otras monedas. Tendría un valor cierto y objetivo,
fácil de reconocer y comunicar, como lo es el grado
Celsius o la escala Richter. Esa característica propia de
todo patrón de medida la transformaría en un
termómetro de la situación diaria de la
economía, permitiéndonos un diagnóstico
correcto del contexto y la corrección inmediata de
posibles malos rumbos; nos permitiría así la
previsión de potenciales crisis o
catástrofes.

Imaginemos una moneda que realmente sea útil y
lógica, previsible, constante, consecuente. Con seguridad,
solucionaría muchos si no todos los problemas
económicos que han existido, derivados desde de la misma
falta de definición del dinero, y de la utilización
incorrecta en verdad injusta que esa "particularidad" permite.
Claro que crearía otros problemas nuevos. Eso es tan
inevitable como imposible de preverlos en este preciso momento;
sólo su aplicación efectiva podrá
mostrarlos.

Esta moneda es la que proponemos: es el indev, el nuevo
dinero. Es el medio de consumo; es la conjunción de medio
de pago y cobro, medio de intercambio, unidad de cuenta de costos
y beneficios, sistema de medida y comparación. El indev
sería entonces la moneda que realiza la
socialización del acceso al hasta hoy único medio
de consumo utilizado. Quita la posibilidad despótica de
modificar su valor a quienes siempre la han tenido. Quita, en
parte, el privilegio de poseerlo a los que siempre lo tuvieron,
les quita su posesión en exclusiva, para repartirlo con y
entre los que nunca lo tuvieron. Pero los igualará hacia
arriba, sin necesidad de quitárselo a los que hoy lo
poseen.

Es imprescindible que todos los hombres tengan la misma
posibilidad de acceso a la riqueza. Esta economía que
estamos proponiendo, que utiliza y permite la existencia de una
moneda con dichas características, lo hace
posible.

Porque ya se ha dicho repetidas veces, por muchos y muy
claramente, que la producción humana es una
producción social, pero debe quedar claro que
también es social el consumo de esa producción. El
consumo se alcanza, principalmente, mediante un buen poder
adquisitivo.

El consumo y que ha estado oculta para muchos
observadores, es más importante que la propia
producción, pues es la concreción del fin, la
conclusión del objetivo para el que aquélla se
realiza. Y también, que para cumplirla se necesita del
medio que lo permite el dinero en una cantidad justa, suficiente
y determinada, que será la unidad de medida de todo acto
económico.

El capital como dinero al que usa mediante su
función principal –la de medio de pago, a
través de la cual obtiene en propiedad ése medio de
producción, al que utiliza con el único fin de
seguir acumulando dinero, su función secundaria, dinero
que a su vez, puede volver a usar en su función principal,
y así sucesivamente. Es lo que llaman un "círculo
virtuoso", al que sólo acceden unos pocos y cada vez
menos. Eso también explica por qué el
enriquecimiento se concentra en un grupo minúsculo,
permanente y necesariamente más pequeño.

El capitalista es capitalista por poseer el dinero, como
principio y fin de su vida, y no solamente por poseer el medio de
producción. Éste sólo hace que aquél
aumente.

Desde esa conclusión llegamos a otra, de suma
importancia: en realidad no importa quién sea el
propietario de los diferentes medios de producción, sino
cuántos son los que pueden llegar a serlo. El cambio que
se necesita no pasa por la expropiación sino por la
distribución. No se hace necesario quitarle a quienes
poseen; lo importante es el permitir que todos puedan llegar a
ser poseedores.

Con la implementación del indev mejorarán
los ingresos, se venderá y se comprará de una
manera y un nivel nuevos, se recaudará más y se
preverá el futuro mediato e inmediato mucho mejor. Pero
también permitirá planificar con seguridad las
inversiones; inutilizará definitivamente la
acumulación o acaparamiento de mercancías y del
propio dinero; y, particularmente, la anarquía causante de
todas las crisis, hija de esa posesión en privado que
permitía modificar caprichosamente su valor, al darle uno
concreto, evitando el mal mayor: la
especulación.

La obtención de beneficios desde el perjuicio de
otros; la apropiación de ganancias sin la creación
o el aumento de una riqueza que la justifique. La definimos como
un delito. Al suprimir su "legalidad" se harán desaparecer
los falsos postulados generales de la economía que nos
inculcan cotidianamente, eliminando una de la bases más
negativas en las que se apoya no sólo la
explotación irracional de la naturaleza y el hombre, sino
la propia y falsa noción de beneficio, provecho, utilidad,
dividendo, en fin, la noción misma de riqueza, concepto
básico de la economía. La riqueza no es
dinero.

El artificio
místico

Solo veremos dos clases de cosas u objetos: los
naturales y los artificiales.

Los naturales son los creados por la naturaleza, los
artificiales son aquellos objetos que, generalmente
basándose en otros de origen natural, el hombre los
transformó a través del trabajo para su mejor uso,
provecho o beneficio. Una ventana es artificial, no existe en la
naturaleza, pero está hecha de madera y vidrio, ambos
derivados de cosas naturales: los árboles y la arena. El
hombre puede transformar parte sólo parte y sólo
por ahora, mientras su nivel de conocimientos así se lo
permita o prohíba de la riqueza natural de que dispone
para que esta, indirectamente, cumpla con algún cometido
específico en pos de su propio bien. Ese acto de
transformación y creación es el acto
económico por excelencia.

Por el contrario, las creaciones artificiales puras, no
basadas en materias naturales, son de invención exclusiva
del hombre. El arte, por ejemplo, en cualquiera de sus ramas, es
su acto creativo supremo. La religión, cualquiera de
ellas, es otro acto creativo puramente humano, para algún
superior al arte, para otros no tanto. Las creaciones de este
tipo cumplen una función, un cometido que no podemos
definirlo como exclusivamente económico, sino que tiene
fines diferentes, ya demasiado complejos para tratarlos en este
escrito.

Diremos que no integran la economía, en su
sentido más radical.

El dinero, es una creación humana totalmente
artificial que no ha cumplido con su objetivo puramente
económico.

El hombre lo inventó para facilitar sus
relaciones económicas, aunque podemos adelantar que, en
última instancia, las ha dificultado.

Sin embargo, dicen los propios teóricos "la
importancia del dinero en la economía es evidente para
cualquier profano en la materia. El caso es que, si profundizamos
en el estudio de nuestra ciencia, llegamos a valorarlo aún
más.

En efecto, la manipulación de las variables
monetarias es el principal instrumento de que se vale nuestra
sociedad en la búsqueda de un crecimiento
estable".

El dinero debe ser una mercancía y,
además, una mercancía escasa, que sólo puede
ser accesible para una selectísima minoría, y si a
alguien se le ocurriera la loca idea de repartirlo
equitativamente, "devaluaría, no alcanzaría
más que para generalizar la mediocridad".

El indev da por tierra con ella, y con la idea misma de
que la "escasez es necesaria" .El neoliberalismo en sí
mismo consiste en una teoría macroeconómica llamada
monetarismo que se ocupa de analizar la oferta
monetaria.

Dinero, maldito
dinero

¿Qué es la moneda, el dinero, según
los criterios actuales, los neoliberales
especialmente?

Dinero: Cualquier mercancía que sea aceptada
ampliamente en una sociedad como medio de pago y medida de valor
de los bienes y servicios. Como medio de pago, el dinero es el
objeto que se transfiere entre las partes cuando se
efectúa un pago. Sirve como medio de intercambio,
función esencial en la economía de todas las
sociedades, salvo las más primitivas, donde las
transacciones se efectúan mediante el trueque.

Un sistema de medida del valor es prácticamente
una precondición para fijar el valor relativo entre las
diversas mercancías y para efectuar las complejas
transacciones que se producen en una sociedad moderna

Buena parte del dinero que existe en las
economías modernas está constituido por papel
moneda, billetes emitidos por los bancos que tienen amplia
aceptación y circulación y que resultan,
además de medios de pago, parte de los activos que posee
el público. La aparición del dinero es un hito
importante en el desenvolvimiento de las sociedades humanas. En
épocas anteriores, cuando los recursos y la
división del trabajo estaban poco desarrollados, el
intercambio se realizaba mediante el trueque directo de una
mercancía por otra. Para que éste pueda funcionar
es preciso que exista una coincidencia de necesidades entre las
partes que concurren a una transacción:

Si A deseaba comerciar con B, debía poseer algo
que B quisiera y éste debía poseer algo que A
también quisiera y, además, en unas cantidades y en
el momento en que ambos estuviesen dispuestos a la
negociación.

El indev no es una mercancía más. Ni
siquiera es un mercancía, no está a la venta ni es
un producto humano con el fin de ser consumido con el objeto de
satisfacer un gusto o una necesidad por sí mismo. Una
mercancía es un objeto que, al poseerlo, satisface
directamente una necesidad humana cualquiera y que, a su vez, es
un objeto de venta. La tenencia del dinero, por sí sola,
no satisface más que la necesidad fetichista de poseerlo.
El dinero no se come, no abriga, no sana, no enseña. Su
posesión representa la posibilidad futura de comer,
abrigarse, sanarse y aprender, esto es, de adquirir por su
intermedio las mercancías o servicios que satisfacen esas
necesidades.

El trueque es la forma de intercambio de
mercancías sin la utilización del dinero. Pero si
el dinero actual es una mercancía, cualquier
transacción con cualquier moneda, sería un trueque.
Se deduce así que no es necesario remontarse a las
sociedades antiguas para reconocer la existencia viva del trueque
y que, además, la sociedad actual forma parte de las
sociedades primitivas.

El ciclo económico nos enseña claramente
que ningún país necesita de capitales externos para
posibilitar el desarrollo de su economía. No necesita en
absoluto de ese tipo de inversión, ni del ahorro con ese
objetivo. La propia sociedad que utiliza el sistema
económico del ciclo, mide su riqueza mediante una moneda
que le es propia. Que exige la no existencia de costos derivados
por sus usos, porque es el propio uso de ella el que la aumenta.
Cuanto más se usa más se respalda; cuanto
más se utiliza más se valoriza.

La falta de capitales que sufre un país se debe,
principalmente, por no considerar su propia riqueza como fuente
de ellos.

El ciclo económico no prohíbe ese tipo de
inversión. Simplemente la hace inútil. ¿Para
qué necesitan arena los saharauis, para qué nieve
los esquimales?

El ciclo nos indica que los llamados por la
economía primitiva países pobres son los más
ricos. No obstante lo expuesto, podríamos repasar un poco
de la historia vergonzante de la deuda externa.

Sobre ella no hay mucho más para decir. La
contraen los gobiernos principalmente para beneficio de no se
sabe quién ellos no nos permiten saberlo y para que la
paguemos todos los demás, puesto que nos ponen a nosotros
como garantía de ella.

Dice Hugo Chávez, presidente de la
República Bolivariana de Venezuela:

"Cuando asumimos la presidencia, el pueblo de
Venezuela debía 26.000 millones de dólares. Hasta
el momento hemos pagado 20.000 millones y nuestra deuda
continúa en los mismos 26.000 millones de cuando
asumimos
".

Lo importante son las divisas con las que debe contar,
que nunca son nuestras, que siempre son ajenas. Por eso es que
nos hacen creer que la deuda es necesaria. En cambio los
teóricos primitivos de los países ricos bien saben
del valor de nuestras riquezas. Tanto como para aconsejar las
inversiones en ellos.

En realidad, la deuda es una "exportación" de
dineros (de los pobres) producida por la exportación de
dineros (de los ricos), en ambos sentidos, y dónde
sólo gana siempre una de las dos partes intervinientes.
Las poblaciones de los países deudores les
devuelven en forma de obsequio –por ello no es una
exportación propiamente dicha- a los prestamistas de los
países acreedores una cantidad mucho mayor de dinero que
la que éstos les "cedieron" como "ayuda". Y nos han hecho
creer que eso es necesario. ¿Tiene sentido importar
melones con la condición de pagarlos con más
melones? Esa incoherencia que tan claramente nos muestran los
melones no la vemos con el dinero. Sin embargo es más
fácil producir melones que divisas.

Antidogma: La deuda externa la contraen para
aumentar la deuda externa, no para posibilitar el
desarrollo.

Las inversiones extranjeras no tienen por fin el
permitir la cancelación de las deudas, sino el
aumentarlas; son en sí mismas un incremento de ellas. Su
objetivo no es tapar pozos, sino, al menos,
mantenerlos.

La deuda se explica por la relativa insuficiencia del
capital que sufren nuestros países. Sin embargo, que esa
insuficiencia es una condición imprescindible de la
conformación del propio capital, definida por ellos
mismos. No podemos tener capital porque nos imposibilitan
producirlo, y nos dicen que no podemos producir si no tenemos
capital.

Si el capital fuera un bien accesible para todos,
contradiría totalmente uno de los mandamientos más
sagrados: "un bien de oferta ilimitada no pasa a formar parte
de los intercambios entre seres humanos; se considera entonces un
bien libre o no económico".

Estas características son sólo propias del
indev, la moneda del ciclo económico.

El dinero exportado por los países ricos no les
representa para ellos ninguna pérdida o disminución
de riqueza real. Para ellos no tiene costo, pues lo tienen en
cantidad suficiente como para prestarlo. A lo sumo, si es que no
lo tienen, su costo no es mayor que el del papel y la tinta con
que se lo imprime. En cambio, el dinero "reexportado" por los
países pobres es de un costo inimaginable, inmedible,
insufrible. Mientras unos países lo obtienen a partir de
una simple orden de impresión, o la presión de una
tecla, los demás países lo obtienen a partir del
agotamiento de su tierra, del hambre y la sangre de su
gente.

En la vida real, común y corriente, se crean tres
tipos de deudas. Las representaremos para simplificarlas como una
deuda entre dos personas cualesquiera, y sin que se mida
ningún tipo de consideración extra, más que
el valor monetario.

Indevaluable,
previsible, constante, consecuente

El indev cumple la misma función que el dinero,
por lo que también es dinero. Mantiene la misma forma pero
diferente contenido. Esa palabra, "dinero", tiene hoy tal grado
de fetichismo que da cierto escozor el utilizarla para nombrar
algo tan diferente:

El indev es "otro" dinero, es en sustancia un nuevo
dinero

El indev es una moneda que "pesa" una magnitud de
riqueza conocida y él mismo representa una porción
de la riqueza que mide.

El metro mide distancias, el indev mide riquezas.
Mientras que para la definición del metro se
utilizó la distancia que recorre la luz en el vacío
durante un período definido, para el indev se usa la
magnitud de la riqueza que una sociedad debe generar y poseer
para permitir el bienestar mínimo indispensable de un
habitante durante un período definido. La unidad cotidiana
establece ese período en un día; la gran unidad lo
establece en un año.

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No obstante, aún no definimos la magnitud de ese
mínimo. Y en esta última palabra es donde pesa la
precisión de tal definición. No dudamos que definir
este mínimo puede llegar a parecer arbitrario, tanto como
lo puede ser el intervalo de tiempo de 1/299.792.458 de segundo
utilizado en la definición del metro. Pero los
científicos no le llaman arbitrario, sino convencional.
Por eso diremos que, convencionalmente, hemos definido a un indev
diario con un valor igual a 3,40 dólares estadounidenses
actuales, de inicios del año 2003, que para algunos puede
parecer exageradamente alto, mientras que será escaso para
otros. Lo mismo exactamente sucedería si ese mínimo
se estableciera en 1,40 dólares o cualquier otro
monto.

Nosotros hemos llegado a la conclusión no
arbitraria de que el valor más apropiado de equivalencia
debiera ser de 34 dólares estadounidenses del año
2003, diarios por habitante, y que estos han de representar 10
indevs. Así, cada habitante recibirá un ingreso
natural de 3650 indevs anuales; ése es el valor del
patrón I.

Esta cifra le da valor a la unidad
macroeconómica, que se representa por una mayúscula
o como gi, por su nombre de granindev.

Así, decimos que cada habitante, sin importar
diferencias de ninguna índole, debe recibir 10 indevs
diarios, como mínimo, para garantizarle el bienestar. Esa
cantidad diaria, de carácter individual se transforma en
anual al multiplicarla por 365, generando así aquella otra
unidad, que es la utilizada para el cálculo general de la
economía. El granindev queda establecido de esa forma como
una cifra fija, rígida, inmodificable, que no acusa ni
recibe los posibles aumentos de la otra unidad, la común.
Si la sociedad que aplica este sistema decide hacer una
variación del ingreso natural por habitante este hecho no
modifica en absoluto el valor que 1 o 1gi representa: siempre
seguirá representando 3650i por cada habitante.

A través del granindev es como se calculan y
comparan todos las cifras de la economía en
términos macroeconómicos, regionales o
nacionales.

Un granindev es, entonces, el valor anual del bienestar
de un ser humano.

El valor del dinero se concreta en el hombre. Si un bien
cualquiera tiene un precio de venta (costo de compra) de 2I, al
aprehender esa cifra estamos concretando el concepto de que ese
bien tiene el mismo valor que el bienestar anual de dos
habitantes de carne y hueso. O de otra manera, si una
mercancía tiene un costo social de producción
(precio) de 10i, su valor es el mismo que el bienestar diario de
una persona.

En cuanto a los montos precisos que se quieran
distribuir entre la gente, la última palabra la tiene cada
sociedad. Quizá una de ellas considere que al principio
sea necesario estipular ese ingreso diario en 5 indevs, para irlo
aumentando a medida que la economía se consolida.
Quizá otra considere que al principio sea necesario
entregar a cada benefactor la cantidad de 12 indevs, porque tal
vez esa cifra se ajusta más al nivel de vida ya alcanzado
por su población. Ambas posturas pueden después
reacomodar ese ingreso mínimo.

Pero para nosotros, lo importante es darle al indev una
definición convencional: un indev es la décima
parte de lo que un habitante debe ganar por día para
alcanzar un bienestar mínimo; un granindev es equivalente
a 3650i, siempre, sin importar la magnitud del ingreso natural
diario establecido.

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Hoy en el mundo existe una enorme variedad de
"bienestares mínimos", pues estos están
relacionados al nivel de los precios y al poder adquisitivo de
cada país; al costo de vida o nivel de vida de cada uno de
ellos. Aquí mismo vemos una de las nuevas posibilidades
que nos brinda el indev: la capacidad de comparar entre esos
diferentes "bienestares mínimos", al utilizarlo como
patrón de medida y comparación, su función
principal.

El ingreso natural individual diario (el que se mide en
indevs) puede ser variado: aumentado o disminuido; no puede
variarse, sin embargo, el valor del factor I, el ingreso natural
social anual (el que se mide en granindevs) bajo ningún
concepto. Así, cada sociedad le dará una
definición precisa y determinante –la oficial- a ese
ingreso mínimo individual, según el resultado de
sus cálculos o a la conclusión
económico-política a la que se llegue mediante el
uso de las variables de su propia riqueza natural, según
las de su capacidad de trabajo social, el número de
habitantes que la integren, y demás factores que quieran
considerarse.

El indev (la unidad común) permite que, una vez
definido, exista la posibilidad de variarlo, de adaptarlo a las
nuevas condiciones económicas. Pero no es necesario variar
el monto del granindev (la unidad macroeconómica), pues es
tan inútil como variar la masa del kilogramo, o la
longitud del metro mientras están en uso. Digamos
claramente que no tiene sentido hacerlo, puesto que si se
necesita variar el ingreso natural individual, su monto
podrá disminuirse a 8 o cinco indevs diarios, o
aumentarlos a 13 o quince, o la cifra que sea. Nada de eso
modifica el valor de la unidad macroeconómica: el
bienestar anual de una persona.

El indev es así un patrón de medida, fijo,
como debe ser. A través de él se calculan los
valores de todos los módulos que componen la
fórmula del ciclo económico por período: H =
(N + A) . T. Esa cifra H es la que nos indica cuánta
riqueza posee el país o la zona en cuestión en
un período
dado. Y ése es el respaldo
concreto, determinado y específico de la nueva moneda; la
magnitud de H representa el "capital" con que empezaremos a mover
toda la economía, el que nos permite asegurar que los
sueños del hombre ya no son imposibles.

Ese respaldo confirma su indevaluabilidad, la que
asegura su estabilidad y la posibilidad de acrecentar cada
ingreso natural período tras período, puesto que
los módulos que componen la fórmula siempre van
aumentando.

En tanto que utilizaremos la fórmula en la forma
más sencilla R = N + A (uno de los factores de la
fórmula anterior) para calcular el estado de la
economía en una forma más frecuente.

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Cuando se suma o adiciona la cantidad de habitantes de
una zona a la de su tierra cultivable, de sus minerales
extraíbles, de pesca explotable, de aire respirable, de
agua bebible, a los seres que hoy la habitan y a los nacimientos
de todo tipo de ser –humano, animal, vegetal- que existen
en un momento dado en una zona dada, se obtiene la riqueza
natural, el módulo N, el "combustible" del motor de la
economía. "Combustible" que se consume y que debe
reponerse. Ésa es una cifra perfectamente cuantificable,
medible, comprobable. Ésa cifra es la riqueza original, el
respaldo inicial, el basamento esencial de la riqueza. Y del
indev, que en ella se apoya y descansa.

Representa el "capital" primario de toda la
economía humana, verificado y verificable sin la necesidad
de usar artificios o ardides de ningún tipo.

Conjuntamente, a esa cifra primaria se le suman las
cantidades que representan la parte artificial de la riqueza (el
módulo A); ella se conforma de toda la riqueza que
creó anteriormente el hombre y la que está creando
ahora mediante su actividad permanente, que no descansa. Toda
mercancía o producto o materia prima, integra en el
presente éste módulo A, sin necesidad de
distinguirlas entre duraderas o perecederas, hasta que llegue el
momento mismo de su adquisición por parte del benefactor.
Cuando él las adquiere y las consume o usufructúa,
es cuando toman la forma final de integrantes de N o de A,
respectiva y concretamente.

El consumo o el usufructo de un bien es un acto de una
importancia radical para la economía: no sólo les
otorga esa forma definitiva que no poseían y que es
fundamental para el cálculo del valor de la riqueza propia
R, sino que por sí misma fundamenta y le da la
razón de ser a todo el trabajo social, representado en
cada ciclo económico. Así, hace que la magnitud de
H, la riqueza de todos, sea aumentada. Veamos. La
destrucción de riqueza natural N que se realiza a
través de la extracción y que el trabajo del
productor-extractor transforma en materia prima (árboles
en leña o madera, animales en carne o piel); que a su vez
el trabajo del productor-industrial transforma en productos y
éstos en mercancías al alcanzar la etapa de la
comercialización, cada una de estas formas terminan
siendo, todas y cada una, el componente de la cadena productiva
de la sociedad, que posee una forma cíclica.

Pero falta todavía una muy importante parte, pues
aún dichas etapas no logran generar los beneficios
calculados y merecidos de ninguno de los integrantes de esa
cadena. Las ganancias (los beneficios) solamente se
generarán cuando esas mercancías sean adquiridas
por el benefactor, quien es el que cumple con el cierre de cada
ciclo involucrado en cada una de ellas; hasta ese preciso momento
no serán transformadas en beneficio alguno. El benefactor,
con su acto de pagar el costo social de producción de
cualquier mercancía (costo que cada una de ellas
representa en su precio), es cuando permite la generación
de beneficios para cada uno de los integrantes de la cadena
productiva antes mencionada.

El costo social es transformado por el benefactor, en su
acto de consumir, ya no sólo para los integrantes de la
cadena productiva, sino para todo el conjunto de la sociedad y
para la naturaleza que ella integra, pues tal acto define los
nuevos valores verdaderos, aumentados, mayores, de N y de A,
(aquellos Nt y At), que sólo él puede hacer:
logra que aumente la riqueza total (la riqueza H).
El benefactor en dicho acto hace que el costo individual suyo
se transforme en el beneficio individual de cada productor; hace
que el costo social de producción se transforme en un
beneficio social y general
.

Así es como se cierra una parte del ciclo, y se
obtiene la magnitud de la riqueza total H de la zona, que es el
respaldo del indev. Aunque pueda aún faltar la
restitución efectiva a la naturaleza de la
extracción original, esta imagen incompleta del cierre del
ciclo nos alcanza para redondear el cálculo de H, puesto
que esa reposición se hará, más tarde o
más temprano, cuando lo disponga la naturaleza, la
producción y el consumo, según el caso. Se
repondrá cuando se ejecute la actividad fundamental del
hombre: el trabajo restituyente.

Supongamos que en un país existe un agricultor
que se dedica exclusivamente a producir arvejas para ser
enlatadas. Por ello ese agricultor es quien debe reponer esas
arvejas extraídas a N. La última cosecha la
cedió totalmente a una agroindustria dedicada a envasar
diferentes productos. Según el ciclo propio de las
arvejas, el industrial las envasa y las cede a diferentes
comercios.

Hasta aquí, el valor del módulo N de tal
país ha sido disminuido en una cierta cantidad
(llamémosle B) en el momento de la cosecha realizada por
el agricultor. El industrial recibe las arvejas y adquiere una
deuda de una magnitud

F, que se conforma de dos partes: un monto desconocido
que representa el valor agregado por el agricultor, más la
cifra ya dada B. Pero el industrial ha creado a partir de esas
arvejas una nueva riqueza artificial A, cuyo precio al por mayor
es de una cifra M, mayor que la cifra F que contiene la original
B. En la siguiente etapa del ciclo, la comercial, se
alcanzará el precio de venta final al menudeo, que
será de una cifra D, mayor que M y mayor que F, y que las
contiene.

Si nos ubicamos en el momento en que ninguna lata ha
sido adquirida aún por benefactor alguno, veremos que el
valor de la riqueza artificial A del país fue realmente
aumentado, pues esa cifra D contiene los valores agregados por
todos los productores del ciclo productivo de las arvejas. La
riqueza del país ya fue acrecentada en esa cifra D, que es
mayor que la cifra F, que contiene los beneficios del agricultor
más lo que aún se adeuda al módulo N, que lo
representamos por B: la riqueza del país ya ha aumentado
entonces una magnitud positiva D – B.

Así se muestra que (aunque aún no se
cerró el ciclo de las arvejas enlatadas y que
todavía se adeuda la cifra B de riqueza natural
extraída), la riqueza propia R del país en realidad
no ha sido disminuida sino que probablemente ha sido aumentada en
una cantidad igual a (D . T) – B: esto quiere decir que el
respaldo del indev ya ha tenido un aumento igual a esa
cifra.

Por no haberse cerrado el ciclo es posible que el
agricultor no haya recibido materialmente su propio beneficio, ni
tampoco el industrial, ni el comerciante. Además, aunque
el agricultor haya vuelto a sembrar la misma cantidad de arvejas,
todavía el benefactor no ha transformado aquel costo
inicial B que se le adeuda a la naturaleza, en un beneficio B,
que sólo él puede hacer en el instante de
consumirlas. Pasado el tiempo que tenga que pasar para considerar
que todas las arvejas enlatadas hayan sido adquiridas y
consumidas por el benefactor, es cuando esa cifra D. T ya no
pertenece más a la riqueza artificial A sino que,
conjuntamente con B, ha pasado a formar parte del módulo
N, la riqueza natural; mediante ella, volverá a aumentarse
el valor de la riqueza social general.

En cada período se calculará la nueva
cifra representativa del mínimo social de riqueza a
generar –el conocido como ingreso o producto social
general, el factor T- que será calculado según
vayan variando sus dos componentes: cada ingreso natural
individual estipulado, multiplicado por el total de la
población, mediante el uso de la ecuación T = I .
P.

El patrón I, el ingreso natural individual, se lo
aumenta para permitir que se vayan satisfaciendo las necesidades
de todos los habitantes (necesidades que serán cada vez
más superfluas hasta alcanzar las más caprichosas),
en tanto que P contendrá el crecimiento vegetativo de esa
población. Esto indica que el factor T, además de
aumentar el respaldo del indev, aumenta los derechos de los
habitantes a una vida digna y las obligaciones para ellos de
cumplir y hacer cumplir el ciclo económico.

Se dijo en su momento que, a medida que aumenta la
riqueza de la zona en una cifra conocida, ese patrón I se
podrá aumentar correspondientemente, empujando los
ingresos de todo benefactor hacia arriba. Si, por ejemplo, el
indicador utilizado marcó un incremento del 2% en el
período anterior (esto es,

R" = R x 2%), los ingresos podrán aumentarse ese
mismo 2%, como máximo, en el período actual. Vemos
que esto en absoluto implica una devaluación del indev; lo
que indica es un aumento de la capacidad de compra, un
crecimiento del poder adquisitivo de los habitantes. Si antes del
aumento se compraba cierta cantidad de una mercancía,
ahora podrá comprarse un 2% más de esa misma
mercancía, u optar por otra que satisfaga mejor la
necesidad de cada habitante, o su gusto o su capricho. Lo "peor"
que puede pasar es que los productores decidieran mejorar esa
mercancía hasta ese máximo del 2%, por lo que
sólo se podría comprar la misma cantidad de ella.
Pero de esa forma será una mercancía mejor,
superior de lo que era. De ambas maneras se aumenta el nivel de
vida de la población.

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Esta tabla muestra el caso hipotético de que un
país de 5 millones de habitantes inicia el uso del indev.
Los 5 millones de habitantes nos dicen que se debe generar
anualmente un ingreso social o trabajo T de cinco millones de
granindevs (representados en la columna T); su riqueza N en ese
primer año es de 16 millones y su riqueza A es de doce,
medidas también en granindevs. Vemos que tanto el
crecimiento de la riqueza total H, así como la riqueza
propia R, es nulo, por no existir datos de los años
anteriores en que no se utilizó este sistema
económico. La tabla nos muestra que ese país tiene
una riqueza propia R de 28 millones de granindevs, es decir, es
5,6 veces mayor que el ingreso mínimo anual que es
necesario para distribuir entre sus habitantes. En tanto que H,
la riqueza total en que se respalda el indev, es de 140 millones,
como resultado de la multiplicación de la riqueza propia R
por la capacidad productiva de sus habitantes, T. Ese valor de T,
esos 5 millones de I, es el monto que la sociedad debe generar
todos los años para mantener el bienestar mínimo de
su gente, y para no disminuir la riqueza total H, la que mantiene
el respaldo del indev. Estos datos pueden leerse también
así: ese país es suficientemente rico de su propia
riqueza natural R como para soportar 5,6 períodos sin
generar riqueza nueva alguna y aún mantener el mismo
bienestar a toda su población; o también desde otro
punto de vista: podría darle el mismo bienestar a casi
seis veces su población actual dentro de un sólo y
mismo período. Ese país es capaz de eso.

Suponemos un crecimiento anual constante de la
población de un 3%. Quizá sea exagerado, puesto que
toda América no llega a esa tasa. Se indica en la
columna

T, que mide el trabajo necesario que esa sociedad debe
generar.

La segunda fila nos dice que el año siguiente ha
sido un año malo, en el que N no creció en absoluto
y A lo hizo solamente un medio por ciento. Como la riqueza N no
creció esta mantiene su valor de 16 millones de I del
año anterior; en tanto A ha aumentado 60.000 I; ahora es
de 12,06 millones de granindevs, lo que nos indica que hubo un
exiguo aumento de la riqueza R del 0,21 % con relación al
primer año. Sólo puede dársele a cada
habitante un aumento del ingreso natural en esa
proporción; de 3650i a 3657,65i anuales. A pesar de ser un
mal año, la riqueza total H se vio aumentada en más
de 4 millones de granindevs, puesto que el aumento del factor T
(debido al crecimiento vegetativo de su población) la
impulsó a un crecimiento del 3,12% que representa no
sólo que esa sociedad tiene la obligación de
aumentar su capacidad productiva en esa tasa, sino
también, que el indev aumentó su respaldo ese mismo
porcentaje. Pero principalmente nos dice de la posibilidad de
darle el mismo bienestar a 10.690 habitantes más de los
que realmente tuvo en forma vegetativa. Eso lo permite la riqueza
natural del país, el trabajo de su población y la
riqueza generada por ella.

En el tercer año en tanto, N ha aumentado un 1% y
A un 2%, lo que indica que ha existido un crecimiento general de
la riqueza propia del país R del 1,41% en relación
al período anterior. Ese aumento se puede expresar en que
este país ahora es capaz de otorgarle el mismo bienestar a
más de 72 mil habitantes nuevos no incluidos en su
crecimiento vegetativo, o aumentar en 51 indevs el ingreso
natural anual de cada uno de los 5 ,30 millones de habitantes que
ahora viven en él.

La cuarta fila nos responde la pregunta que todos nos
hacemos. ¿Qué sucede si hubiera una
catástrofe natural u otra situación que impidiera
la generación de nueva riqueza? Para responder, supongamos
que hubo un terremoto devastador que destruyó tanto
riqueza natural N como riqueza artificial A, llevándolas a
un nivel menor aún que el del primer año; y que
resultó en un decrecimiento de la riqueza propia R del
país de un 2,15% en relación al año
anterior, decrecimiento aún mayor que el crecimiento del
1,62% creado y obtenido en los tres años anteriores. Para
hacerla más negativa, suponemos que su población ha
mantenido el ritmo normal de crecimiento del 3%. Se perdieron
casi 600 mil granindevs de riqueza en comparación con el
año anterior. Aún así, esta economía
exige que, en lo posible, se mantenga la misma cantidad de
ingreso natural por habitante, sin tener que disminuir sus
beneficios, a pesar de que su población ha aumentado de
5,30 a 5,46 millones. Esos 600 mil de pérdida se
descuentan en su totalidad del factor R, nunca del factor
trabajo, porque lo que perjudica cualquier catástrofe,
como el terremoto de marras, es a los bienes materiales
producidos por el hombre y a la riqueza natural del país
(recuperables mediante ese trabajo social), pero que nunca incide
en esa capacidad transformadora y creadora que el hombre posee:
así nos lo muestra la enorme cantidad de
catástrofes sufridas por la humanidad a lo largo de su
historia. Así aseguramos, garantizamos, que durante el
quinto año y subsiguientes, puedan ser recuperados los
daños sufridos de la única forma que se puede
lograr: mediante ese mismo trabajo, realizando nuevamente las
obras que las había creado, sin que sus habitantes
soporten dentro de sus estómagos el vacío derivado,
o sobre sus hombros el peso de esa
recuperación.

El respaldo del indev que se toma del valor de H ha
caído en una cantidad de 3,17 millones de granindevs en
relación al período anterior, pero aún se
mantiene en 7,80 millones por encima del respaldo del primer
año, aquel en el que se estableció la posibilidad
de mantener el bienestar de su gente durante 5,6 períodos.
El hecho descrito en el párrafo anterior lo confirma. Y
más aún, en ese primer año su
población era de 5 millones, y hoy es de 5,46 millones,
esto es, 460 mil habitantes más, que ni se acerca a la
posibilidad que tenía el país en aquel primer
año de darle el mismo bienestar a 5,6 veces su
población de ese primer año.

Lo más importante que nos dicen estos ejemplos no
es solamente la enorme capacidad de creación de riqueza
que hace posible generar el trabajo del hombre y el bienestar que
ella misma crea, ni tampoco la importancia de la riqueza natural
de ese país.

El indev es la unidad de medición y
cálculo cotidiana. La cantidad que se posea de él
no hará la diferencia entre personas que asumen el mismo
papel de consumidor, sino que marcará la diferencia entre
personas en su rol de productor; hará notar las distintas
capacidades o aptitudes Individuales como productores, como
trabajadores. Pero como benefactores, todos, absolutamente todos
cumplimos el mismo rol. El indev no es una mercancía pues
ni se compra ni se vende; no tiene Propietarios, ni se transforma
mágicamente en ninguna de la enorme cantidad de
mercancías que existen. Con él en su forma
macroeconómica, se representa el valor en concreto de la
riqueza social general, de H, obtenida desde el trabajo de las
generaciones anteriores más las actuales y dirigida a las
futuras; Cuando se reponga la deuda que tenemos con la pachamama
es cuando se genera nueva riqueza propiamente dicha; riqueza otra
vez natural, que aumenta el capital inicial, aumentando el saldo
a nuestro favor.

Cuando ella aumenta, es posible –y al principio
necesario- aumentar la cantidad de indevs para representarla. No
obstante, ella siempre será mayor, pues cumple con un
círculo virtuoso inacabable. Con el indev se confirma algo
que siempre existió y que nunca se reconoció. Quien
necesita un préstamo y lo solicita, lo utiliza para
invertirlo en sí mismo, en su familia o en la sociedad: lo
usa en consumo o en producción; coincidentemente,
éstas son las dos maneras que se tienen de aumentar la
riqueza total. Por lo tanto, esa persona lo solicita para darle a
ese dinero un uso real y efectivo, cosa que no permite su
acumulación. Ése uso hace que aumente directamente
la riqueza de la zona de que se trate.

El dinero quieto no cierra el ciclo económico: ni
produce ni consume. Se confirma así que es innecesario
agregarle un costo, un precio, un interés a los
préstamos. Cualquier préstamo será devuelto
con "interés" incluido cuando llegue el momento en el que
se conoce cuál ha sido el resultado económico del
período; cuando se cierre el ciclo económico
inmiscuido en su solicitud.

El poder adquisitivo de cada habitante, su salario
común y corriente o su Ingreso natural, o ambos,
está dado por el valor del indev, que es conocido,
concreto, inmodificable dentro de tal período. Ése
poder de los ingresos es lo Suficientemente alto como para que el
precio de toda mercancía pueda ser de un nivel alto,
quizá el internacional, o tal vez mayor que éste;
Definida de esa manera y dentro del período establecido,
la moneda que se tenga en la mano, tendrá un valor
específico, firme, conciso, que no puede ser modificado
arbitrariamente por Nadie; porque están ahí,
verificables, las cifras que se relacionaron entre la actividad
del hombre y la riqueza de esa zona en ese
período.

La cantidad de unidades a imprimir de indevs ha de estar
relacionada directamente con tal riqueza y necesariamente con la
cantidad de habitantes de la zona en cuestión, en ese
período, en cantidad suficiente para que permita
racionalmente el cumplimiento efectivo de la principal de todas
las metas: el pago del ingreso natural, el patrón I, Para
que por su intermedio se vayan satisfaciendo todas las
necesidades de la gente. También podrán mantenerse
el ingreso natural exactamente al mismo nivel que el año
anterior, y utilizarse ese incremento del 2% para generar una
reserva implícita o explicita de indevs a nivel social
para ser utilizado en una nueva inversión (de obra
pública, por ejemplo), con el fin de aumentar el bienestar
general. Si la economía maduró como para que se
considere que ya se ha alcanzado un nivel de vida suficiente para
toda la población, ese incremento, en su totalidad o no,
puede ser acumulado en reserva para invertirlo en lo que se
considere necesario.

.La suba de precios tiene un tope máximo
establecido, dentro de un período; pueden volver a
aumentarse, dadas las condiciones antedichas, en el
período siguiente. Pero no tiene límite la baja de
precios, que puede ser aplicada en cualquier momento y sin otros
topes más que los que los productores
dispongan.

El precio de un bien está dado por la suma de los
costos inherentes a su producción y las ganancias
planificadas por los distintos productores que participan es su
ciclo particular. Los costos propios de cada productor son
perfectamente conocidos porque sólo contienen: a) el valor
de la riqueza natural utilizada y b) los valores agregados por
los propios productores de todas las etapas productivas del ciclo
económico.

El precio final de venta, contiene todos los costos
agregados y las diferentes ganancias que ocurren durante dicho
ciclo, en el sentido del trayecto del bien: el sentido de los
costos. El beneficio de cada uno es, para el siguiente, otro
costo más, y ese beneficio no lo obtendrá hasta que
esa mercancía no sea adquirida por el benefactor, momento
en el cuál el ciclo cambia de dirección, tomando el
sentido de los beneficios.

Cuando un productor a nivel industrial recibe una
materia prima para su elaboración, su costo contiene el
beneficio del productor-extractor; para el industrial éste
no es más que otro costo. A su vez, la
industrialización de producto le agregará costos
nuevos inherentes a esa labor, más los beneficios propios
que sin trabas se calculen por el industrial, todo lo cual
representará otros costos que abonará el siguiente
productor del ciclo, y así sucesivamente, hasta llegar al
benefactor.

Cada mercancía proviene de un número
impreciso de componentes. La definición de los precios de
cada mercancía está relacionada en forma directa a
la definición del producto primordial que la origina, y el
de éste con el de la materia prima principal que se
utiliza para su fabricación. Por lo tanto, al iniciarse el
proceso, se debe determinar el precio de cada materia prima que
el país explote o importe, para poder reconocer con
suficiente exactitud la certeza de los precios de los productos o
mercancías que de ellas se derivan.

El precio de venta de toda mercancía se convierte
en un costo general, en el costo social de producción, que
lo paga el benefactor en su totalidad, y que representa una cifra
equivalente a la deuda original asumida con la naturaleza por
parte de toda la cadena productiva, conjuntamente con los
beneficios agregados por sus productores durante las diferentes
etapas del ciclo económico que le atañe. En el
momento exacto en que su consumo transforma el trabajo de toda la
sociedad en vida digna para el benefactor, es que se alcanza el
objeto de la economía: satisfacer las necesidades de la
población. Aquí es cuando se genera un balance de
saldo perfecto, puesto que se finaliza el ciclo en forma
correcta.

El estudio del ciclo económico de cada
mercancía nos indica que todo productor, en cualquier
etapa del proceso, cumple un rol o función similar a la de
un consignatario del bien principal de su actividad,
recibiéndolo en forma de préstamo (como si fuera
una deuda con pago a crédito), adquiriendo una especie de
compromiso con el productor anterior (o con la naturaleza si el
que se considera como productor es el extractor), mientras le va
agregando sus propios costos de producción y sus
beneficios al monto de dicha deuda, mediante el uso de recursos
propios o sociales. Solamente al adquirir el benefactor ese bien,
el productor comerciante (como último productor de la
cadena) podrá retribuir el pago a los productores
antecesores y mantener en su poder el beneficio propio
calculado.

Si no suceden catástrofes, el valor de una
cantidad constante de una misma materia prima (que es el acceso
al "capital inicial" del ciclo que la involucra, primera
transformación a la naturaleza que el hombre realiza
mediante su trabajo) se mantiene igual período tras
período. Ése valor es el que fue definido en la
propia creación del ingreso natural, establecido en forma
oficial, en términos económicos sociales o
nacionales. Así, el valor del producto creado a partir de
esa materia prima se mantiene constante; sin olvidar que esto
sucede si es que aún es el mismo producto, sin que haya
tenido cambios en su calidad que lo hagan más caro, o que
su productor haya decidido bajar su precio. Toda mercancía
mantiene o cambia su valor de igual manera; Este análisis
nos muestra que todos los productores del ciclo, al ser
también benefactores, han recibido el ingreso natural que
les corresponde. Pero también nos enseña que,
mientras tanto, anterior o simultáneamente, la forma en
que pierde todo sentido la acumulación o el acaparamiento
de mercancías, una de las maneras más burdas de la
especulación.

El beneficio de todo productor aumenta su ingreso
natural como benefactor, y lo utilizará en consumo. El
ingreso de todo benefactor termina siendo la ganancia de todo
productor, tanto cuando son distintas personas como cuando es la
misma que cumple ambos roles. Toda la sociedad es la generadora
de ganancias, toda la sociedad es quien disfruta de los bienes
que produce. Toda la sociedad es responsable de completar el
ciclo económico y de cerrarlo con balance positivo.
Así, toda la sociedad es la que disfruta de sus
logros.

El objetivo de esta economía es devolver a la
naturaleza lo que esta nos ha prestado, y esto se logra, en
parte, mediante el consumo que realiza el benefactor. Por lo
tanto, el ahorro no es una virtud del ahorrista sino que es una
mezquindad o avaricia de su parte, porque se opone al fin de la
economía al interrumpir la concreción del ciclo
económico inherente a ese beneficio. El indev no admite la
ociosidad, ni la individual ni la social. Incluso no admite que
él mismo esté en reposo.

El capital es la
riqueza

Hoy el capital se confunde con el dinero, que es solo
una de sus muchas formas. Siempre resulta más fácil
recordar un concepto difícil a partir de una de sus
manifestaciones tangibles que a partir de su esencia. La mente
capta más fácilmente el concepto de "dinero" que el
de "capital".

Pero es un error suponer que el dinero es lo que
finalmente fija el Capital.

Lo que no entiende de Soto y muchos economistas es que,
en el capitalismo actual, el capital no sólo se confunde
con el dinero, sino que definitivamente es el dinero, que aquel
significado esencial del capital se ha perdido para la historia y
que hoy por hoy el dinero es su única forma; el dinero es
el capital y también es, en sí, el progenitor de la
especulación, en vez de serlo de la producción
adicional y el consumo. Lo que ellos no entienden es que el
igualar el concepto de dinero al de capital ha sido un mea culpa
del capitalismo, un reconocimiento explícito de su
función esencial, una confesión clara de
cuál es su objetivo: le importa muy poco la
producción y el consumo; le importa la
especulación. El capitalismo de hoy debería
llamarse dinerismo.

Partes: 1, 2, 3
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